Hoy me he reencontrado con otro texto de GLORIA FUERTES que tenía olvidado. Se titula "Cuando Madrid era Sarajevo"... ¡Qué gran mujer! ¡cuánta sensibilidad! ¡cuánta claridad!... No se puede ser más descarada, bella y sencillamente pacifista.
«En Madrid llovía metralla,
llovían muertos.
Me regalaron un cordero.
–Tienes para comer un mes–, me dijeron.
Los ojos del cordero me dijeron otra cosa.
Yo, por poco me muero de hambre.
El cordero se murió de viejo.
Nos cogimos cariño,
él y yo solos bajo los bombardeos.
Después iba por hierba a los solares
para mi cordero.
Le enseñé a comer papel
con los partes de guerra
a mi cordero».
¡Que maravilla! cuanta sensibilidad en cuatro líneas, como solo sabía hacer la gran Gloria Fuertes
ResponderEliminarCon las frases más sencillas, las ideas más elementales, y una dulzura innata, esta mujer consigue conmover hasta a las piedras: no hace falta tanto malabarismo lingüístico, nos demostró, para hacer buena y auténtica poesía... y no recibir, como dijo ella en su "Autobiografía" en forma de poema, "una flor de ésas que les dan a Pemán".
ResponderEliminarPor eso, quizás, si no la mejor, de las mejores de todos los poetas.