"La vida sigue"... y Diego Ojeda nos la va llenando de sentido

Hay discos, que los escuchas por primera vez y luego los aparcas en una estantería mientras piensas: "No está mal, pero la verdad es que ni me ha emocionado, ni me ha conmovido". 

Hay otros, por el contrario, como es el caso de "Escaparate", de Diego Ojeda, que cuando los escuchas por primera vez te prenden y se quedan ahí, en "un rincón del alma" –como diría Alberto Cortez–, convertidos en una especie de "muleta" a la que acudes, de vez en cuando, para poder asimilar y "sostener" que "la vida sigue" y que, a pesar de todo, tiene sentido.

Sí, así ha sido... Conocí a Diego en Libertad 8; me dio su "Escaparate", lo escuché aquella misma noche y desde entonces me ha hecho muy buena compañía. 

Musicalmente es un disco hermoso; brillante; te incita a soñar; a bailar un bolero; a huir de la soledad; a hacer el amor; a acariciar; a besar; a percibir como te arden las ganas de sentir; a luchar; a ser revolucionario en el amor y con el amor; a leer a Benedetti; a sembrar palabras; a escuchar a Ismael Serrrano; a viajar a la Habana; a parar el tiempo en el silencio de una risa; a subirte a un trapecio y lanzarte a la pasión y a los latidos, sin límites, antes de que se te escape la vida; a vivir intensamente...

Diego Ojeda y "Escaparate" configuran una muestra más de la calidad musical y poética que tiene la nueva generación de jóvenes compositores y cantantes que están entregados, con mucho esfuerzo, a la no fácil tarea –en los tiempos que corren– de acompañarnos con sus canciones en el "arte del amar, del sentir y del vivir".

Para concluir, permitidme decirle algo a los seguidores de este blog que viven en Cuba –que ya son bastantes–: Diego ha incorporado a su disco una bellísima canción dedicada a La Habana... ¡Merece la pena que la escuchéis! Es una canción que transpira muchos latidos y hermosos caminos de "ida y vuelta".