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domingo, 4 de septiembre de 2011

MARÍA JOSÉ HERNÁNDEZ - I. SIN DUDA, UNA DE NUESTRAS MÁS IMPORTANTES COMPOSITORAS E INTÉRPRETES CONTEMPORÁNEAS

María José Hernández. (Fotografía: Juan Miguel Morales).

En esto de la música y de la canción, y, en general, en todo lo que se refiere a la creación artística, yo cada vez creo menos en eso que llaman "inspiración", y me reafirmo en la idea de que la clave de "buen hacer artístico" está en la sensibilidad, el trabajo, en la constancia –que es una concreción de la disciplina– y en la profesionalidad; cualidades que, desde mi punto de vista, caracterizan la obra de MARÍA JOSÉ HERNÁNDEZ, cantautora aragonesa a la que sigo y admiro hace mucho tiempo.

María José acaba de grabar y editar su nuevo disco titulado "Señales de humo" que presentaré y comentaré mañana. Hoy quiero dedicar este "cuelgue" a relatar las numerosas ocasiones en las que me he encontrado musicalmente con ella; encuentros de los que ha ido surgiendo mi descubrimiento de su sensibilidad, de su profesionalidad, de su buen cantar y, con ello, la admiración a la que antes hacía referencia.

La primera vez que escuché cantar a María José Hernández fue en 1997, en el disco "Paisajes" de José Antonio Labordeta; disco en el que le acompañaba interpretando la bellísima canción "A veces te descubro".

«A veces te descubro
en el pequeño amanecer del viento,
en la frágil virtud de aquel objeto
o contra la temible impunidad del cielo:
A veces te descubro,
pero nunca te encuentro...
Si te encontrase un día
¿qué sería del mundo
y de mi vida?».

Recuerdo que que aquella voz y su forma de cantar me impresionó –¡hermosísima!–, y que José Antonio me habló mucho de ella; la admiraba tremendamente. Al poco tiempo fue él el que me regaló el primer disco de Maria José: "La línea del cielo", producido por Luis Delgado y en el que colaboró Jabier Bergia. (Por cierto, dentro de muy pocos días, el 19 de septiembre, hará ya un año que perdimos a Labordeta).


Homenaje a José Antonio Labordeta. Festival BarnaSants 2011.
Teatro Atrium de Viladecans (Barcelona). 10 de abril de 2011.
De izquierda a derecha: Gabriel Sopeña, Eduardo Paz, Joaquín Carbonell,
María José Hernández
y Ángel Petisme. En esta ocasión María José cantó tres canciones
de Labordeta: "Mar de amor", "No me digas ahora" y "Albada" (con Gabriel Sopeña).

Al año siguiente, 1998, Plácido Serrano –buen amigo de hace tiempo y director de la colección de libro-discos "Aragón LCD Pramer"– me hizo llegar el libro-disco titulado "Orillas. Trece poemas de mujeres hispanas", preciosa obra, musicalizada por Gabriel Sopeña e ilustrada por Ana Aragüés, en la que participó María José Hernández con cuatro canciones: "La luz" –de Gabriela Mistral–, "Paz" –de la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou–, "Danzón porteño" –de Alfonsina Storni– y "Sólo esta luz" –de la poetisa mexicana Isabel Fraile–, canción interpretada con Ludmila Mercerón.

En aquel libro-disco –en el que también participaron Carmen París, Elena Rubio y Ludmila Mercerón–, Gabriel Sopeña escribe: «María José Hernández es una exquisita orfebre, mina de fortaleza con raíces clavadas en la mejor cualidad del canto popular: la convicción de que este oficio es arma de humanidad». (¡Razón lleva!).




A aquel disco-libro de Pramer le siguieron dos más –dos nuevos y gratificantes encuentros musicales con María José Hernández–: en el año 2000 el titulado "Una ciudad para la paz" –en el que participó en cuatro canciones, una de ellas la titulada "La paz por ti" sobre un texto de Rafael Alberti–; y en 2003 el disco-libro "Los amantes de teruel", inovidable obra en la que Maria José, con arreglos de Jorge Sarraute, interpreta doce canciones de Serrat, Mikis Theodorakis, Kiko Veneno y Javier Ruibal, Labordeta, Pablo Guerrero, Javier Bergia, Pedro Guerra, Aute, Luis Pastor, Javier Krahe e Imanol.




Entre los dos libro-discos anteriores, María José grabó su segundo álbum en solitario: "El mar del deseo" en el que colaboraron, entre otros músicos y amigos, Fredi Marugán, Javier Bergia y Javier Coble. Posteriormente grabaría, en 2006, "Círculos concéntricos"; otro de mis encuentros musicales  inolvidables con la cantautora aragonesa.



Y conservo en mi memoria bastantes más encuentros con María José, por ejemplo en los discos de Javier Bergia, "Noche infinita" (1994), "25 años" o "Caracola 2009"; o las conversaciones mantenidas con Francisco Espinosa hablándome de la gira que hicieron conjuntamente a Mexico...; y sobre todo uno, que me impactó profundamente, y con el que voy a cerrar este "cuelgue:

Fue en diciembre de 2008. Asistí a un concierto que ofreció el gran Alejandro Filio, en la sala Galileo Galilei y, de pronto, salió a cantar ella: Maria José Hernandez...; la había escuchado muchas veces, pero nunca en directo...; fue sencillamente emocionante...; ¡como cantó!...; nunca olvidaré aquellos minutos...; se me quedaron silenciosa y secretamente grabados en mis ojos y en mi alma...; tanto me impresionó, que al final del concierto me entró una especie de "rara timidez" que me impidió acercarme a ella para saludarla...

Y ahora, después de todo lo que he contado, surge un último encuentro: "Señales de humo", y aquí estoy, las señales me han llegado, y mañana comentaré lo que ese nuevo álbum me ha sugerido...; y sobre todo lo que me ha hecho sentir.

Fotografía de Juan Miguel Morales –otro gran amigo del alma–
para el disco "Señales de humo", de María José Hernández.

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