Joaquín Calderón. |
Permitidme iniciar este "cuelgue" con el texto de esta canción de Joaquín Carlderón; es una de esas canciones que viven en mi universo sonoro y que pueden llegar a convertirse en auténticos salvavidas a los que uno puede amarrarse, como sea, cuando te amenazan uracanes o tornados existenciales o, simplemente, amorosos... Merece la pena que la escuchéis.
«Miro la cara que tienes cuando estas dormido
Ocupas tu espacio robando casi siempre el mío
Me pego a tu espalda y respiro el aire de tu oído
Me fijo en tus manos que aprietan un puño vacío.
Te espero deshecho, igual te espera el pijama.
Recojo tus pelos y busco un dragón en tu cama.
Si te canto un cuento a menudo me cambio de acera.
Y paso la noche soñando que la paso en vela.
Mirándote, mirándote, mirándote, mirándote...
Escucho la calma, respiro y me saco de adentro.
Escupo la rabia, te pienso y mastico el momento.
Recojo juguetes, me lamo y relamo tu viento.
Dedico un segundo a pensar quién robó nuestro invento.
Mirándote, mirándote, mirándote, mirándote...».
("Mírándote". Canción de Joaquín Calderón incorporada
a su disco "Anfibiótico Anverso". 2011)
Y tras esta introducción entro en el comentario de hoy. El pasado viernes Joaquín Calderón pasó por Madrid y nos ofreció, en Libertad 8, uno de esos conciertos que a mi, por lo menos, se me quedan grabados por mucho tiempo en la retina y en ese rinconcillo íntimo, que anda por ahí dentro, y en el que habita la sensibilidad... –¡que le vamos a hacer –vuelvo a confesarlo una vez más– yo soy fan de Joaquín!–.
Joaquín Calderón nació en Sevilla, estudió en el Conservatorio Superior de Música y obtuvo el título de profesor de violín; profesión que ha ejercido al tiempo que ha participado, como violinista, en orquestas clásicas como la Orquesta Joven de Andalucía, la Orquesta de Cámara del Conservatorio de Sevilla, o la Orquesta Provincial de Cádiz.
Un buen día, con toda aquella experiencia acumulada –y amando mucho la música– Joaquín decidió distanciarse del mundo clásico y académico, para dedicarse a lo que realmente le gustaba: la elaboración de sus propias composiciones; la escritura de sus canciones; y el modelado artesanal de climas, de ambientes y de sonoridades musicales para las obras de otros creadores –lo que se conoce como "producción artística o dirección musical"–.
En esa nueva perspectiva profesional, Joaquín Caderón participó con cuatro canciones en los discos "Cantautores. La nueva generación I y II" (1997/1998); grabó, junto con Alfonso del Valle, el memorable disco "2dos" (2000); ha publicado dos CDs que constituyen una auténtica vanguardia de la música sureña –y más concretamente sevillana–: "Anfibiótico" (2005) y "Anfibiótico Anverso" (2011); y ha participado en diversos proyectos musicales colectivos como "La Catedral Sumergida"; proyecto en el que, hoy por hoy, está totalmente implicado y que comentaré en el segundo –y siguiente– "cuelgue" que voy a dedicarle a Joaquín.
He escrito la anterior semblanza biográfica para situar en ese contexto el concierto del pasado viernes 27 de abril en Madrid. Fue realmente un concierto entre amigos; amigos por la cantidad y por la calidad de las personas que participamos en él.
Sé perfectamente que a Joaquín no le va a gustar lo que voy a escribir a continuación, y lo siento, pero es que no puedo reprimirme: Me da vergüenza y me produce una inmensa indignación que la noche del pasado viernes la sala del Café Libertad 8 no estuviera llena –sobre todo pensando en las pocas oportunidades que tenemos de escuchar a Joaquín en Madrid–; me cabrea la insolidaridad de los compañeros que pasaron olímpicamente del concierto –sobre todo de los más jóvenes que tendrían mucho que disfrutar y aprender del compositor sevillano–; y, en ese mismo contexto, lamento la insostenible situación por la que está atravesando nuestra cultura, y más concretamente, nuestra cultura musical; insostenible, por supuesto, desde el punto de vista de la valoración política, tanto de la izquierda como de la derecha; pero insosenible también desde el punto de vista de los medios de comunicación que parece que no se enteran –o no quieren enterarse– de que existen grandísimos creadores como Joaquín Calderón, Antonio de Pinto o Alfonso del Valle, por citar algunos autores de aquellos que participaron en los discos antes citados de "La nueva generación"; autores a los que, en mi nuevo libro, voy a agrupar bajo el calificativo de "La generación maldita˝.
Es curioso, Joaquin, en su concierto, nos cantó un tema nuevo, titulado "Contrabandistas", en el que aludiendo a la frase hecha, o al manido y tópico consuelo de "Dios aprieta pero no ahora", nos dice:
Pese a todo lo anterior, y sobrevolando muy por encima de los hechos y de las realidades que he mencionado, Joaquín Calderón nos ofreció un gran concierto en Madrid: disfrutamos, reímos, aplaudimos, cantamos, hicimos todo tipo de percusiones, estuvimos "agustito", soñamos, se cruzaron complicidades, nos miramos a los ojos y hablamos... En fin, el pasado viernes en el concierto de Joaquín, y gracias a Joaquín, se demostró como la belleza y la calidad pueden llegar a brillar y a imponerse frente a cualquier circunstancia...; hecho solamente posible cuando te encuentras con un gran profesional... Y es que Joaquín Calderon ¡es un maestro!... ¡Palabra de un fan, y palabra de un amante de la música después de más de cuarenta años hablando y escribiendo de ella!
Y seguidamente, lo publicaré mañana, el segundo "cuelgue" dedicado a un gran proyecto en el que Joaquín participa:
He escrito la anterior semblanza biográfica para situar en ese contexto el concierto del pasado viernes 27 de abril en Madrid. Fue realmente un concierto entre amigos; amigos por la cantidad y por la calidad de las personas que participamos en él.
Sé perfectamente que a Joaquín no le va a gustar lo que voy a escribir a continuación, y lo siento, pero es que no puedo reprimirme: Me da vergüenza y me produce una inmensa indignación que la noche del pasado viernes la sala del Café Libertad 8 no estuviera llena –sobre todo pensando en las pocas oportunidades que tenemos de escuchar a Joaquín en Madrid–; me cabrea la insolidaridad de los compañeros que pasaron olímpicamente del concierto –sobre todo de los más jóvenes que tendrían mucho que disfrutar y aprender del compositor sevillano–; y, en ese mismo contexto, lamento la insostenible situación por la que está atravesando nuestra cultura, y más concretamente, nuestra cultura musical; insostenible, por supuesto, desde el punto de vista de la valoración política, tanto de la izquierda como de la derecha; pero insosenible también desde el punto de vista de los medios de comunicación que parece que no se enteran –o no quieren enterarse– de que existen grandísimos creadores como Joaquín Calderón, Antonio de Pinto o Alfonso del Valle, por citar algunos autores de aquellos que participaron en los discos antes citados de "La nueva generación"; autores a los que, en mi nuevo libro, voy a agrupar bajo el calificativo de "La generación maldita˝.
Es curioso, Joaquin, en su concierto, nos cantó un tema nuevo, titulado "Contrabandistas", en el que aludiendo a la frase hecha, o al manido y tópico consuelo de "Dios aprieta pero no ahora", nos dice:
«“Dios aprieta pero no ahoga”
es una frase que está de moda,
patronales, sindicatos
por qué termino pagando el pato.
Solo sé que no tengo un duro
pongo carteles en algún muro,
útimamente solo hago eventos
para que vengas a algún concierto».
Pese a todo lo anterior, y sobrevolando muy por encima de los hechos y de las realidades que he mencionado, Joaquín Calderón nos ofreció un gran concierto en Madrid: disfrutamos, reímos, aplaudimos, cantamos, hicimos todo tipo de percusiones, estuvimos "agustito", soñamos, se cruzaron complicidades, nos miramos a los ojos y hablamos... En fin, el pasado viernes en el concierto de Joaquín, y gracias a Joaquín, se demostró como la belleza y la calidad pueden llegar a brillar y a imponerse frente a cualquier circunstancia...; hecho solamente posible cuando te encuentras con un gran profesional... Y es que Joaquín Calderon ¡es un maestro!... ¡Palabra de un fan, y palabra de un amante de la música después de más de cuarenta años hablando y escribiendo de ella!
Y seguidamente, lo publicaré mañana, el segundo "cuelgue" dedicado a un gran proyecto en el que Joaquín participa:
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