Javier Bergia. |
A la versión del disco titulado "Caracola", que Javier Bergia grabó y publicó en 1993, le siguieron, el anteriormente citado "De aquellos años verdes" (1996) –que fue un recopilatorio, producido en colaboración con Juan Alberto Arteche, y acompañado a la voz por Clara Serrano–; y tres nuevos discos editados por "Tagomago" –su propio sello discográfico–: "Noche infinita" (1997) –con la colaboración de María José Hernández–, "Rupairú" (1998) –obra instrumental en la que, en palabras de Juan Santos, «Javier nos propone un hermoso viaje en el que el destino, como Ítaca, no es lo importante sino el propio viaje a través de la música»–y "Veinticinco años" (2001), nuevo recopilatorio en el que participaron Ismael Serrano, Luis Pastor, Alberto Pérez, Jose María Guzmán, Pablo Guerrero, María José Hernández, María de la Aldea y, por supuesto, Clara Serrano.
En el año 2007, Javier volvió a grabar un disco sorprendentemente hermoso al que ya he hecho referencia con anterioridad, me refiero al titulado "Cedaceros 4", disco arreglado y producido por Fredi Marugan, que obtuvo el premio Villa de Madrid de Música Popular Manuel García Matos 2008.
En aquel disco Bergia realizó un ejercicio ejemplar de recuperación de la memoria contra el olvido. Él es consciente de que hay lugares, personas o recuerdos que se pierden con el paso del tiempo y que deberíamos recuperar porque en realidad forman parte sustancial de nuestra identidad; recordar el pasado para recuperarlo, y recuperarlo para redimensionar constantemente nuestro presente...; ¡apasionante aventura que puede adquirir tonos nostálgicos, pero que, a la vez, dinamiza y fortalece nuestra vida y nuestro futuro siendo fieles –o al menos respetuosos– con aquella identidad de la que partimos!
«Hay gente que vive sin pena ni gloria,
no aprecia el presente, no tiene memoria,
está como ausente, sin alma,
vacía, un caso evidente de melancolía».
("Melancolía")
«Parece que fue ayer pero han pasado ya unos veintitantos años.
Madrid era una caja de sorpresas, yo tenía aquel "dos caballos".
No había que dormir, no importaba el porvenir, cada noche por delante.
Hasta el amanecer entregados al placer como siempre dando el cante.
Vimos pasa algunos trenes con pañuelos que decían adiós.
Los compañeros del colegio, las caricias de aquel primer amor.
Aquello era vivir sin tener que decidir cual era nuestro destino.
A mi me daba igual, tenía "vitacal", mi guitarra y una amante.
Y resulta que aunque no esté mal a veces es terrible estar sólo.
Amanece pero no es igual, no queda nada después de todo.
Cantábamos en los setenta aquéllas canciones de Stephen Stills
"Love the one your with"
empaquetados en tu vespa por las calles de aquel viejo Madrid
buscando algún lugar donde poder tocar todas nuestras ilusiones.
Tendremos que ensayar, mañana hay que tocar, quien me deja una guitarra.
Echo de menos las fantasías de aquellos días que no volverán.
Tus deliciosos veinte años cuando te decidiste a ser mamá.
Soñando un porvenir, mañana hay que seguir como siempre hacia adelante.
Que le vamos a hacer si me tocó perder por dudar de la evidencia.
Y resulta que no me da igual, ahora es terrible estar sólo
Amanece pero no es igual, no queda nada después de todo.
Fueron días felices que ya no volverán,
hay que echarle narices que otros días vendrán.
Parece que fue ayer pero han pasado ya unos veintitantos años».
("Dulces años")
Como hemos podido constatar a lo largo de estos cinco últimos "cuelgues" dedicados a Javier Bergia, nos encontramos ante un creador que desarrolla una intensa y variada actividad musical; actividad que se completa, por ejemplo, con sus composiciones para series de televisión y obras de teatro como "La media naranja" –de Jesús Yagüe–, "Un mundo sin fronteras" –serie dirigida por José Lozano en el que se describe el trabajo que realizan las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en todo el mundo–, "Carmen y familia" –dirigida por Óscar Ladoire–, "Pareja abierta" –obra teatral del Nóbel italiano Dario Fo–, "La ley de la vida", "Invierno en Bagdad" –documental dirigido por Javier Corcuera– o "Sueños de fútbol".
Por otra parte, y para concluir, he de referirme al experimentado "oficio" que Javier practica como multi-instrumentista; oficio –entretejido de sensibilidad y de buen hacer– que le ha permitido colaborar como compositor y colaborador en numerosos discos de compañeros y compañeras como Vainica Doble, María del Mar Bonet, Joaquín Díaz, Marina Heredia, Pasión Vega, Quintín Cabrera, Ismael Serrano, Antonio Vega, Ella Baila Sola, Pablo Guerrero, etc, etc... En resumen un músico integral que ha sido, y que va a seguir siendo, imprescindible para nuestra más auténtica música popular...; y, ¿por qué no decirlo?, un amigo del alma.
Javier Bergia. (Foto Ana Pastor). |
Verdaderamente un groso. sabe decir las cosas, siempre en forma segura, poetica y divertida!!
ResponderEliminarprecioso monográfico dedicado a bergia en capítulos... un detalle (tonto, seguro), soy el autor del retrato de bergia en esta entrada también. me consta que eres riguroso y que te gustará que te lo diga.
ResponderEliminarun besazo, maestro imprescindible.