Uno de los principales motivos por los que desde hace ya años vengo amando la "canción de autor" en el sentido más amplio de ese género, y por los que me siento "enganchado" a ella, es por la capacidad que tiene para sorprenderme siempre, y cuando menos me lo espero. Sorprenderme sobre todo con el descubrimiento de nuevos creadores –compositores y cantantes– que con la belleza y la calidad de sus canciones logran emocionarme y poner "patas arriba" mis sentimientos más profundos.
Es cierto que, con el paso del tiempo, esa capacidad de sorpresa no se manifiesta ni todos los días, ni con la mayoría de los nuevos cantantes y las nuevas canciones con los que cotidianamente me voy encontrando. (A veces siento que los años vividos y apasionadamente disfrutados con la "canción de autor" me están haciendo ser cada vez más selectivo).
Sin embargo, a pesar de ello, la sorpresa y la emoción me siguen atrapando, normalmente de forma inesperada.
Esto fue lo que me ocurrió el pasado viernes, día 9, en el concierto que dio Rozalén –a la que admiro profundamente– en el Palacio de los Deportes de Madrid. Antes de su actuación, y como ·"introito", salió al escenario la joven cantautora TRAVIS BIRDS y nos ofreció, acompañada de su grupo, varias de sus canciones.
TRAVIS BIRD |
Cuando el pasado día 9, vi cantar a Travis Birds y pude escucharla, surgió ese momento mágico de sorpresa y de encantamiento del que antes hablaba. Me atrapó totalmente con sus canciones. Su voz, su música, sus historias, sus sensaciones y sentimientos cantados, y sobre todo su enorme personalidad me sorprendieron. Estaba disfrutando del descubrimiento inicial de una formidable y auténtica cantautora. Tanto, que aquella misma noche, ya en casa, me compré sus dos discos publicados y, desde entonces no he dejado de escucharlos.
"Año X" (2016) |
"La costa de los mosquitos" (2021) |
En realidad a mi me ha pasado con Travis algo muy similar a lo que ella cuenta en una de sus canciones:
Curiosamente el nombre artístico de esta cantante y compositora: Travis Birds. está tomado del protagonista –Robert De Niro– de la película Taxi Driver dirigida por Martin Scorsese; y es que, al igual que De Niro, Travis, en una situación personal muy crítica –yo diría que de búsqueda y aceptación de su propia identidad– decidió adentrarse en la exploración y en el conocimiento de su mundo y de su realidad interior y exterior, y muy en particular, en sus manifestaciones más complejas, oscuras y marginales. Proceso de exploración a partir del que, acompañada de una guitarra, se fue abriendo progresivamente a todo un luminoso universo expresivo –poético y musical– inspirado en sus observaciones y en sus sentimientos.
Ese universo expresivo logrado por Travis Birds es de una gran riqueza literaria en la que sabe conjugar un lenguaje claro, directo, y de gran realismo descriptivo, con la creación de bellísimas metáforas y de simbólicos juegos de palabra que –prácticamente en todas sus canciones– consiguen suscitar diferentes lecturas y proyectar sugerentes latidos esperanzadores que sobrevuelan, y te hacen sobrevolar libremente, por encima de la realidad, sea cual sea.
Universo expresivo el creado por Travis en el que destacan también la muy bella calidad y riqueza musical que nos transmite en sus canciones; canciones en las que se funden sonoridades flamencas, el jazz, el folk, el rock, la música urbana y contemporánea e insospechadas melodías y sonoridades. Todo ello provocado con la complicidad de su magnífica banda. (Por cierto, me encantó la colaboración en el segundo disco de Sergi Renovell "El Ninho Trompeta”, músico y amigo por el que siento una gran admiración).
Sergi Renovell y Travis Birds |
Por último, me parece muy importante destacar que de una forma global TRAVIS BIRDS a través de sus canciones formula una valiente y muy positiva poÉtica sobre los valores de la diversidad, la libertad y la igualdad; y lo hace sin mesianismos ni grandes proclamaciones morales, lo hace con el contagiante testimonio sencillo y elocuente de sus latidos, de sus vivencias y de sus convicciones.
¡Gracias Travis por estar ahí!... Es una suerte y un hermoso regalo para nuestra cultura –y en particular, para nuestra "canción de autor"– poder sentirte y escucharte cada día "cantando como quien respira"